CESAR CANEVARO Y LA MUNICIPALIDAD DE LIMA
El 7 de diciembre de 1881, se puso fin al mandato municipal del alcalde César Canevaro y de su Consejo Provincial, que fue tomado por asalto por órdenes del Jefe de ocupación del ejército invasor.
A fines de setiembre de 1881, se había suspendido el gobierno de García Calderón, y sólo subsistían las autoridades municipales, sin embargo, el 7 de diciembre de 1881, el Jefe de ocupación, ordenó la revisión de los libros de la municipalidad, nombrando a un inspector.
El mismo día 7, César Canevaro en reunión con su Concejo Provincial, rechazaron tal nombramiento, comunicando a Lynch, que se negaban a la intervención.
Como consecuencia de la negativa, el Jefe de ocupación decidió mediante un decreto firmado el 7 de diciembre de 1881, cesar en sus funciones al alcalde César Canevaro y al Concejo Provincial, nombrando como Jefe Político departamental, al señor Augusto Guerrero, tomando con ayuda de las armas, el concejo municipal el día 9 de diciembre.
A continuación se detallan, parte de las comunicaciones que se cursaron entre el Jefe de ocupación y el Alcalde César Canevaro, así como extractos de la nota de protesta que hizo llegar al Cuerpo Diplomático acreditado en el Perú, y parte de la nota que entregó al Contralmirante Lizardo Montero, entonces Vicepresidente de la República (García Calderón había sido desterrado a Chile), en donde resaltaba la digna posición asumida por el Concejo Provincial y los empleados de la municipalidad bajo su mando, ante el atropello perpetrado, indicando que se negaron a entregar los documentos exigidos, y que los archivos de la municipalidad estaban protegidos bajo su custodia personal.
Honor y gloria al Coronel César Canevaro por su digno comportamiento.
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(Nota: Los textos se han transcrito respetando la ortografía y gramática de la época)
Jeneral en Jefe del ejército del Norte - República de Chile.
Lima, Diciembre 7 de 1881
Señor
He comisionado al cajero fiscal del Callao, don Agustín Salas, para que pase a las oficinas de la Municipalidad de Lima, que están a cargo de V. S. como alcalde municipal, con el objeto de inspeccionar los libros en curso de esa corporación, como también los documentos i papeles corrientes i tomar razón del estado de ellos.
En consecuencia, sírvase V. S. Impartir las órdenes del caso para que el señor Salas desempeñe la comisión que le he confiado.
Dios guarde a V. S.
P. Lynch
Al señor alcalde municipal de Lima.
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MUNICIPALIDAD DE LIMA - ALCALDÍA
Lima, Diciembre 7 de 1881.
Señor
La corporación que tengo el honor de presidir, reunida hoi en sesión extraordinaria con el objeto de tomar en cuenta el oficio de V. S. de esta misma fecha, relativo al nombramiento de un inspector de los libros i documentos de las oficinas municipales, ha resuelto que conteste a V. S. en los siguientes términos :
A juicio del concejo provincial, la ocupación temporal de una ciudad, provincia o cualquiera otra parte del territorio por un ejército enemigo, no exime a las instituciones nacionales encerradas en ese territorio, del cumplimiento de las leyes del Estado, ni de la Independencia que deben guardar respecto de las autoridades del mismo Estado, ni de las responsabilidades que contraigan por haberse sustraído a esas leyes i a esa dependencia.
Las municipalidades están sujetas a estos principios, i como instituciones puramente administrativas que son, pueden subsistir i han subsistido en todas las guerras modernas, en medio de la invasión de los ejércitos enemigos, sujetos a sus leyes i sus gobiernos. Como representantes de las poblaciones ocupadas, las municipalidades pueden prestarse a satisfacer, hasta donde sea posible, las exijencias del ejército ocupante respecto de esas poblaciones ; pero no pueden admitir la injerencia de autoridades estrañas en su marcha interna, ni la aplicación de leyes que no sean nacionales, sin faltar a su mandato, desconociendo sus autoridades propias, infrinjiendo las leyes en cuyo nombren administran i contrayendo ante su propio país las responsabilidades consiguientes.
Si el ocupante, que de hecho todo lo puede, pretendiese una injerencia como la indicada en la marcha interna de las municipalidades, los representantes de éstas, no tendrían otro camino que abandonar una autoridad que no puede seguir ejerciendo sin hacerse reos a los ojos de aquellos mismos que se la confirieron.
En consecuencia de lo que precede, debo manifestar a V. S., a nombre del Consejo, la imposibilidad en que se halla de aceptar la inspección a que se refiere el indicado oficio de V. S., i la necesidad en que se encontraría de cesar en el ejercicio de las funciones que tiene a su cargo, caso de que V. S. insistiese llevar a cabo la inspección de los libros i documentos municipales.
Lo que tengo el honor de decir a V. S. en contestación a su citado oficio.
CESAR CANEVARO
Al señor Jeneral en Jefe del ejército chileno.
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DECRETO
JENERAL EN JEFE DEL EJÉRCITO DEL NORTE - REPÚBLICA DE CHILE
Lima, Diciembre 9 de 1881.
Con fecha 7 del presente he decretado lo siguiente:
Art. 1° Desde esta fecha cesarán en el ejercicio de sus funciones el alcalde municipal don César Canevaro i el Consejo Provincial llamado Municipalidad de Lima, i las atribuciones que corresponden a una i otra autoridad i a los prefectos de los departamentos, serán desempeñadas en lo sucesivo por un funcionario chileno con la denominación de Jefe Político del departamento de Lima;
Art. 2° Nombrase Jefe Político del departamento de Lima a don Adolfo Guerrero.
Anótese i publíquese.
Lo que comunico a V. S. para los efectos i a fin de que haga entrega de todo lo que tiene a su cargo, en carácter de alcalde municipal i presidente del Consejo Provincial, al señor Jefe Político del departamento.
Como pudiera suceder que los empleados que actualmente están bajo su dependencia continúen siendo necesarios, V. S. tomará las medidas que considere conveniente para que esos empleados sigan en actitud de poderlos ocupar, si son requeridos para ello por el señor Jefe Político.
Igual prevención se hace indispensable respecto de la vijencia de los contratos o arreglos hechos por los demás servicios locales, a fin de evitar que sufran perturbación en daño esclusivo del mismo vecindario.
Dios guarde a V. S.
P. Lynch.
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Luego de esa comunicación, el día 10 de diciembre, César Canevaro, hizo llegar al Cuerpo Diplomático, acreditado en nuestro país, una circular, con el objeto de poner en su conocimiento los recientes i graves sucesos ocurridos con respecto a la autonomía local de esta provincia, así como una nota protesta que, en cumplimiento de sagrados deberes, Canevaro, pasó al señor Jeneral en Jefe de las fuerzas chilenas de ocupación en esta ciudad. Unos fragmentos de la circular, se indican a continuación:
“Al mismo tiempo que se me comunicaban estas medidas, el señor Guerrero acompañado de soldados chilenos, se constituía en el local del Consejo i consumaba, en nombre de la fuerza, el más violento despojo que pueda inferirse a una población, cuyo derecho a administrar sus propios intereses no pueden desaparecer ante las limitadas exijencias de una ocupación precaria.
En nombre, pues, de la dignidad de mi puesto ; en nombre de los fueros de la autonomía de la ciudad de Lima ; en nombre de los mui altos intereses de la República seriamente comprometidos en esta simple cuestión municipal, he debido protestar de los procedimientos de la autoridad chilena. Así lo he hecho, en efecto, en una nota oficial que he dirigido al señor Jeneral Lynch, cuya copia acompaño a V. S. para denunciar, de este modo, a la brevedad posible, ante los representantes de los pueblos cultos, la manera como Chile va desnaturalizando los fines de la presente guerra, dando a sus victorias un alcance que hoi no pueden tener las victorias de las naciones mas poderosas, especialmente cuando las guerras, como la presente, no han sido orijinadas por disputa de porción alguna de territorio.
No solamente me he limitado a protestar, sino que, procurando cumplir mis deberes con toda la estension que las circunstancias lo permiten, me he negado a entregar los archivos del Consejo, los cuales fueron salvados en su mayor parte i con la debida oportunidad del despojo violento a que tengo hecha referencia”.
El mismo día 10, Canevaro también informaba al Contralmirante Lizardo Montero, Vicepresidente de la República lo siguiente:
“En el momento en que el señor Guerrero penetraba a la Casa Consistorial y se me exijía en nombre de su Gobierno, la entrega de todo lo que estaba a mi cargo. Le manifesté entonces que, si el imperio de la fuerza me obligaba a dejar mi puesto, yo protestaba del atentado de que era víctima la ciudad de Lima, i que no podía entregar un solo documento del archivo que había sido salvado, quedando bajo mi custodia i responsabilidad, i ordené a los empleados que dejasen la oficina en el estado en que estaba.
Inmediatamente después me he ocupado de cautelar en lo posible todos los intereses municipales, siéndome mui grato anunciar a V. S. que, tanto los empleados como las personas que tenían a su cargo dependencias municipales, han sabido colocarse a la altura que la dignidad nacional exijía”.
Fuente: Pascual Ahumada – “Guerra del Pacífico Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias, i demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú i Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia" – Tomo VI, páginas 303 a 307
Fuente imagen César Canevaro – Biblioteca Nacional del Perú – Archivo Courret
(Juan Carlos Saldaña Salmón)
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