sábado, 9 de diciembre de 2023

9 DICIEMBRE 1824 - VICTORIA BATALLA DE AYACUCHO

 9 DE DICIEMBRE 1824


VICTORIA BATALLA DE AYACUCHO

9 de diciembre de 1824 se realizó la batalla de Ayacucho, victoria patriota que selló la independencia de América, aquel día en la Pampa de la Quinua, las fuerzas patriotas estuvieron bajo el mando del Mariscal Antonio José de Sucre y los realistas comandados por el Virrey José de la Serna.


Según el Dr. Luis Valero de Bernabé, Marqués de Casa Real en su investigación “La Batalla de Ayacucho, La última gran batalla del Imperio Español en el Continente Americano”, basándose en las “Memorias del General García Camba para la Historia de las Armas Españolas en el Perú”, cuenta que antes del inicio de la batalla, el General Monet del ejército realista se acercó hasta las líneas patriotas y pidió hablar con el General José María de Córdova, y le manifestó que habiendo en el campo realista jefes y oficiales que tenían hermanos, parientes y amigos en el ejército patriota, deseaba saber si era posible verse antes de la batalla y darse un último abrazo, contestándole Córdova que en su opinión no había inconveniente y que seguro el Mariscal Sucre, tampoco lo impediría, tal como finalmente lo aceptó, Sucre sabía que luego de más de 300 años de dominio español en América, existían lazos sanguíneos y de amistad, y que a pesar de ello, existían muchos criollos que seguían siendo leales al Rey de España, es así que casi medio centenar de oficiales de cada lado, avanzaron para reunirse en campo neutral y se confundieron en un estrecho abrazo ante el respeto silencioso de ambos ejércitos, y ante la mirada de los Generales Monet y Córdova que seguían conversando.


Uno de esos casos, fue el de los hermanos Leandro y Ramón Castilla, el primero formaba parte del ejército realista y Ramón, militaba en el ejército patriota, se saludaron antes de la batalla y, se volvieron a ver luego de la contienda, por coincidencia ambos fueron heridos y se encontraron en las carpas de la enfermería. Posteriormente, Leandro se acogió al decreto que permitió a los oficiales españoles de retornar a la península y siguió al servicio de la corona española.


Según el historiador ecuatoriano Borrero, en esa conversación el General Monet le propuso al General Córdova si no era posible alguna transacción para ahorrarse la sangre que se iba a derramar, a lo que el General Córdova le contestó que eso era posible, siempre y cuando los jefes españoles reconociesen la independencia de América y regresasen pacíficamente a España, a lo que el General Monet le respondió que ello no era admisible pues no cabía a su honor de soldado el aceptarlo. Tras media hora de conversaciones los dos generales se saludaron y se retiraron a sus respectivas líneas, seguidos de los jefes y oficiales que los habían acompañado al encuentro.


Fue entonces que antes de sonar el clarín que daría inicio al combate, el Mariscal Antonio José de Sucre arengó a las fuerzas patriotas expresando:


“¡Soldados! de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur, otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia".


La batalla se inicia y en el fragor de la contienda se dan ofensivas y repliegues de ambas fuerzas, y luego ante el error de uno de los regimientos realistas, La división de Córdova, apoyada por la caballería de Miller, acometió directamente a la masa desorganizada de tropas realistas que sin poder formar para la batalla descendían en hileras de las montañas, fue en este ataque que el general José María Córdova pronunció su famosa frase:


 "División, armas a discreción, de frente, paso de vencedores". 


Lo que vino después fue el descalabro de las fuerzas realistas, a la una de la tarde, tras cuatro horas de combate, todo había concluido.


 Un tercio del ejército virreinal había sido muerto o herido, un importante número hecho prisionero y el resto había huido, desbandándose por la serranía.


En el libro con motivo del centenario, escrito por el entonces Monseñor de Ayacucho, Fidel Olivas Escudero, “Apuntes de la historia de Ayacucho”, relata los encuentros de Sucre con los líderes del ejército real:


“Al ver Sucre herido y prisionero al Virrey, lo saludó militarmente con el mayor respeto, y al dirigirle la palabra, adelantóse La Serna, quitándose del cinto la espada y tratando de entregársela, con esta frase: ¡Gloria al vencedor!


Sucre conmovido, le contesta: ¡Honra al vencido! Y negándose a recibir la espada, rególe amablemente que volviera a ceñírsela. Pero La Serna no aceptó la súplica y conservó su espada en la mano derecha.”


“El General Canterac, único general no alcanzado por el fuego enemigo debido a su posición de retaguardia, trató de replegarse con los restos del maltrecho ejército realista y ante lo angustioso de la situación creyó conveniente conferenciar con los patriotas. El Mariscal de Ayacucho, le dijo:


 “Tengo el honor de saludar al Sr. Gral Canterac, quién le contestó, me pongo a sus órdenes i acepto la capitulación que promete” y horas después firmó en Huamanga la capitulación que ponía fin a 333 años de dominio español en el continente americano”.


El General Sucre, reconociendo el valor y sintiendo la tragedia vivida por los derrotados, supo ser generoso en las condiciones impuestas a los vencidos que afectaban al virrey, quince generales, dieciséis coroneles, quinientos cincuenta y dos jefes y oficiales, y dos mil soldados realistas de los que solo unos centenares eran españoles peninsulares y que en su mayoría escogieron por la repatriación.


El día 10, el General Sucre emitió la siguiente Proclama al Ejército Unido:


“Soldados, sobre el campo de Ayacucho habéis completado la empresa más digna de vosotros. Seis mil bravos del Ejército Libertador han sellado con su constancia y con su sangre la independencia del Perú y la paz de América. Los diez mil soldados españoles, que vencieron catorce años en esta República, están humillados a vuestros pies.


Peruanos: Sois los escogidos de vuestra Patria. Vuestros hijos, las más remotas generaciones del Perú, recordarán vuestros nombres con gratitud y orgullo.


Colombianos: Del Orinoco al Desaguadero habéis marchado en triunfo: dos Naciones os deben su existencia: vuestras armas las ha destinado la victoria para garantizar la libertad del Nuevo Mundo”.


Cuartel General en Ayacucho a 10 de Diciembre de 1824 – Antonio J. de Sucre.


Tras la victoria por parte los militares patriotas en la Batalla de Ayacucho, se consolidó al Perú como república y su total independencia del dominio español.


El 18 de diciembre, la Gaceta de Lima, públicó la noticia con siguiente título: 


"AVISO AL PUBLICO GRAN VICTORIA TRIUNFO DECISIVO, en el que daba cuenta que el ejército libertador al mando del jeneral Sucre ha derrtotado completamente al ejército español el 9 de diciembre en los campos de Guamanguilla." (en las imágenes se puede leer el aviso completo). 



Aunque el Ejército Libertador estuvo compuesto por soldados de varios países, antes colonias de España, la participación peruana fue muy importante, de los 132 jefes y oficiales, 83 fueron de nacionalidad peruana, de ese grupo aparecen 10 que llegaron a ejercer la Presidencia de la República o mando supremo de la nación, y otros que alcanzaron la más alta jerarquía en el Ejército del Perú, como anota el historiador Luis Felipe Paz Soldán, en su artículo “Los peruanos en la batalla de Ayacucho”, publicado en la revista Peruanidad, en el año 1942.


De la lista de los que alcanzaron la presidencia del Perú, la encabezan los Generales José de la Mar y Agustín Gamarra, Jefe de la división peruana y Jefe de estado mayor de Sucre, respectivamente y completada por los jóvenes oficiales Felipe Santiago Salaverry, Miguel de San Román, Domingo Nieto, Ramón Castilla, Pedro Bermúdez, Mariano Ignacio de Vivanco, Juan Antonio Pezet y Juan Crisóstomo Torrico.


De los que llegaron alto grado de General, participaron José María Raygada, Baltazar Caravedo, Juan Pablo Fernandini y José María Lastres.


20 años después de la batalla, en 1844 entre los meses de enero y febrero, se fueron publicando en el Diario El Peruano, la relación de los señores generales, jefes, oficiales y tropa del Ejército del Perú que asistieron a la batalla de Ayacucho, en esas relaciones aparecieron los nombres de 1444 efectivos, más 25 Oficiales de la Plana Mayor, con sus adjuntos y edecanes, en los que aparecen José La Mar, Agustín Gamarra, Ramón Castilla, Guillermo Miller, Domingo Nieto, entre otros.






En honor a la participación de Jefes, oficiales y soldados del naciente Ejército del Perú, en la batalla de Ayacucho, el Presidente Augusto B. Leguía, mediante resolución suprema firmada el 18 de setiembre de 1928, se instituyó que cada 9 de diciembre se celebre el Día del Ejército Peruano.


(Juan Carlos Saldaña Salmón)


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Fuentes:

- Dr. Luis Valero de Bernabé, Marqués de Casa Real en su investigación “La Batalla de Ayacucho La última gran batalla del Imperio Español en el Continente Americano”

-José Tamayo Herrera - Historia del Perú

- Fidel Olivas Escudero, “Apuntes de la historia de Ayacucho”

- Luis Felipe Paz Soldán, artículo “Los peruanos en la batalla de Ayacucho” – Revista Peruanidad – año 1942

-Diario El Peruano año 1844

Fuente imágenes : Congreso de la Republica y Diario El Peruano año 1944

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