Muere en Lurín
José Faustino Sánchez Carrión, a los 38 años a consecuencia de una enfermedad. Fue
un precursor independentista e ideólogo, conocido como “El Solitario de Sayán”.
Nació en
Huamachuco el 13 de febrero de 1877, fue hijo de Agustín Sánchez Carrión y Teresa
Rodríguez.
Tuvo una
decisiva actuación en el establecimiento del sistema de gobierno republicano en
el Perú.
En 1822 fue
representante del primer Congreso Constituyente del Perú. Fue uno de los
redactores de la primera Constitución Política del Perú, de corte liberal.
Integró luego la comisión que fue a Guayaquil para invitar a Bolívar al Perú.
Junto con Javier Mariátegui y Manuel
Pérez de Tudela, fundó la revista La Abeja Republicana, donde
escribió bajo el seudónimo de «El Solitario de Sayán», publicó sus famosas
cartas, a través de las cuales, desde su punto de vista ideológico liberal,
criticó al gobierno monárquico y propuso la república como mejor forma de
gobierno.
Fue Secretario
o Ministro General de Bolívar, a quien acompañó a lo largo de su campaña
victoriosa en suelo peruano, gestionando los recursos necesarios para el Ejército Unido Libertador, que venció en Junín y Ayacucho.
Luego fue ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, de 1824 a 1825, y como tal firmó las invitaciones cursadas por Bolívar a los gobiernos americanos para que enviaran sus representantes a un congreso anfictiónico, que sería el Congreso de Panamá,
Murió prematuramente, víctima de una
enfermedad.
Corrió el
rumor de que Bolívar lo mandó envenenar, pero según la autopsia (de la que se
conserva sólo un fragmento) que le practicó el médico Cayetano Heredia su muerte se debió a la rotura de un
aneurisma que tenía en el hígado.
Días
antes, el 25 de enero, había sido asesinado Bernardo Monteagudo, y Sánchez
Carrión fue mencionado como uno de los principales sospechosos de haber sido el
autor intelectual del crimen, Sánchez Cerro fue opositor a las ideas monárquicas
de Monteagudo, quién fue finalmente expulsado del Perú en 1822, y había llegado
a realizar un llamamiento público para que cualquier habitante matara a
Monteagudo si volvía a Perú, garantizándole la impunidad,
Sus restos
se encuentran en el Panteón de los Próceres.
Fuente
-Historia
de la República del Perú. 1822 – 1933, Tomo 1 - Jorge Basadre.
- Congreso
de la República.
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