RELACIONES
PERÚ – MÉXICO
México y Perú, 2 naciones
hermanas, herederas de grandes culturas como fueron los aztecas y los Incas,
que por casi 300 años fueron los más importantes virreinatos de España en
América.
Coincidentemente unidos por
el año 1821, fecha en que México consolidaba su independencia, en tanto que
Perú la declaraba. Dos años después, ya como países libres, México y Perú, decidieron
iniciar sus relaciones diplomáticas en enero de1823.
Es una verdadera lástima, que en este año en
que se recuerda el bicentenario de las relaciones entre México y Perú, esa
relación este en su más bajo nivel, y según las últimas declaraciones del
Presidente mexicano, Andrés López Obrador, nos encontramos en una tácita
ruptura de relaciones diplomáticas e incluso comerciales, esperemos que a pesar
de las desafortunadas declaraciones del Presidente López, los empresarios y el
mexicano de a pie, sigan manteniendo relaciones amistosas con nuestro país,
invocando a la histórica relación entre nuestras naciones, recordando la
gratitud de México con el Perú, por hechos que sucedieron antes y después de la
independencia mexicana, en la que tuvieron un rol importante, personajes
originarios del Perú, que contribuyeron con la independencia y con la libertad,
que goza el país azteca.
El primero hecho data, desde el inicio del
proceso de independencia de México, en 1808, con la participación de Fray
Melchor de Talamantes (1), un sacerdote mercedario, originario de nuestra
tierra, nacido en la ciudad de Lima en 1765, en el aún virreinato del Perú.
Talamantes se educó en San Carlos y en la Universidad de San Marcos, en donde
conoció de las ideas libertarias que venían desde Francia y en donde fue
influenciado por la corriente de pensamiento de la ilustración, y conoció a
José Baquíjano y Carrillo, Toribio Rodríguez de Mendoza e Hipólito Unanue,
quienes años después, tuvieron gran participación en el proceso de
independencia del Perú.
A fines del siglo XVIII, Talamantes decide
viajar a España, y por motivos políticos, hace escala en México, quedándose en
el virreinato de Nueva España, años después, fue quien preconizo en México las
ideas en relación a tener un plan emancipador, llegando a participar en la
junta de gobierno en el año 1808; por sus ideas y acciones a favor de la
libertad de los pueblos de América, fue encarcelado en la prisión de la
fortaleza de San Juan de Ulúa, en Veracruz, donde falleció en 1809 a
consecuencia de una enfermedad.
Las ideas de Talamantes, fueron las que
estimularon, para que en 1810, el cura Miguel Hidalgo y Castilla, lanzará el
grito de Independencia en Dolores.
Talamantes, fue reconocido como Precursor de la
Independencia de México, y su nombre se encuentra inscrito en el monumento
"El Ángel de la Independencia", ubicado en el famoso paseo de la
Reforma del distrito Federal, lugar emblemático de las grandes concentraciones
populares.
5 décadas después, exactamente 53 años, en 1861,
México sufrió uno de sus más grandes amenazas, que hicieron peligrar su
libertad e independencia, cuando las potencias europeas de Inglaterra, España y
Francia decidieron invadir el territorio mexicano, lo que finalmente ocurrió,
únicamente por los franceses, al desistir en esa operación las monarquías de
Inglaterra y España.
En esos años, gobernaba en el Perú, el Mariscal
Ramón Castilla, quién tenía un profundo sentimiento de solidaridad americana,
fue así que en coherencia con sus principios, el Perú fue el primer país de
América en protestar contra la agresión Franco - española - inglesa, nuestro
Presidente dio instrucciones al Canciller José Fabio Melgar, quién el 14
de noviembre, remitió una circular a los representantes peruanos en
Francia, Inglaterra y España, a los que les comunicaba la honda preocupación
del Perú, ante una posible intervención en México, y los autorizaba, a que
emitieran ante los respectivos gobiernos la posición peruana en contra de esa
medida, y los instaba a que toda diferencia con México, se debían resolver por
los medios que permite la ley internacional, y en especial de evitar cualquier
transformación política, que afecte la independencia y soberanía de México.
Una semana después, el 20 de noviembre, el Perú
envió una circular a los gobiernos de América, en donde les comunicaba, que lamentablemente
las reclamaciones de las potencias europeas con México, habían interrumpido las
relaciones amistosas entre esos países, y que por tanto era inminente el empleo
de la fuerza contra México, y de darse ese estado, Perú invocaba a los Estados
Americanos, adoptar una política que signifique para la Europa la unión moral
de la América independiente, ante posibles amenazas a la independencia de las
Naciones libres de América.
Las declaraciones de Castilla, no sólo quedaban
en buenos deseos, sino que deseando conocer sobre la situación de México, con informaciones
directas, al día siguiente, el 21 de noviembre, decide nombrar como encargado
de Negocios en México al Dr. Manuel Nicolás Corpancho (2), quién era su
secretario personal, reconocido poeta y médico, quien viajaría en compañía de
Juan C. Sánchez, como Secretario de 2a. clase y del Sargento Mayor D. Ramón
Manrique, como Ayudante en la legación.
A partir de ese momento, se dio inicio a lo que
se denominó "La Misión De Corpancho en México", viajando a Nueva York
en febrero de 1862 para tomar contacto con los diplomáticos mexicanos, e ir
remitiendo al Perú de las informaciones sobre el proyecto de Francia de
establecer una Monarquía en México, a cuya cabeza debería colocarse el
Archiduque Maximiliano de Austria.
Luego el 16 de marzo, Nicolás Corpancho presentó
sus credenciales ante el Presidente de México, Benito Juárez, quién
conjuntamente con su Ministro de Relaciones Exteriores, manifestaron los
sentimientos de una viva gratitud hacia el Gobierno peruano, por los pasos que
ha dado en favor de México, y el interés que toma por la conservación de su
nacionalidad e independencia.
Ya estando en tierras mexicanas, Corpancho
colaboró activamente con el gobierno de Juárez, comunicando al gobierno de
Castilla sobre las actividades y hechos importantes que se iban dando en el
país azteca, hasta que se declaró el estado de guerra nacional, y se dio la
heroica defensa en la batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, en
la que ocasionaron un gran desastre a las fuerzas francesas, impidiendo
su avance hacia la capital del país.
Luego el 12 de setiembre de 1862, por el apoyo
Peruano y la labor desarrollada por Corpancho en México, la Junta Patriótica de
la ciudad de México, nombró a S. E. el Presidente del Perú, Libertador Ramón
Castilla, como su Presidente honorario, teniendo en cuenta los sentimientos
americanos de nuestro Presidente, y además como una prueba del
agradecimiento de México, por la conducta que el Gobierno del Perú ha observado
en la presente época, tan aflictiva para este desgraciado país.
Paralelamente, Francia envío refuerzos y de un nuevo
dirigente francés para la lucha, retomando la ofensiva en 1863, invadiendo
diversas ciudades de México, hasta sitiar la ciudad de Puebla entre los meses
de marzo a mayo de 1863, finalmente, tras dos meses de férrea y heroica resistencia, se
dio la victoria francesa, ocuparon Puebla el 19 de mayo, y ya sin oposición avanzaron
hasta la ciudad de México, tomando la capital el 10 de junio, y días antes el
gobierno del Presidente Benito Juárez, trasladó su gobierno al norte, a la
ciudad de San Luis Potosí.
Sucedido
esos hechos, Nicolás Corpancho comunicó al gobierno de Benito Juárez, que según
la determinación del Cuerpo Diplomático, se mantendrían en México, pero en
caso, hubiera algún cambio con relación a su gobierno, le manifestó que el Perú
mantendría sus relaciones con el gobierno de San Luis Potosí, y que era un alto
honor estrechar más aún las relaciones oficiales, y reiteraba su interés en
seguir recibiendo comunicaciones oficiales del gobierno de Juárez.
Posteriormente el 24 de junio se instala en la
ciudad de México, un gobierno provisional a cargo de un triunvirato, bajo el
protectorado de las fuerzas invasoras de Francia, comunicando Corpancho a nuestro
país, que su intención, es abstenerse de todo acto que pueda comprometer las
relaciones del Perú, y mantenerse en una posición expectante, y sobre todo
evitar cualquier acto que implique un reconocimiento oficial del régimen
provisional, que buscaba instalar una Monarquía para el Archiduque Maximiliano
de Austria, hecho que finalmente se consumó el 11 de julio de 1863, en que el
Poder Ejecutivo Provisional de la Nación, comunicó que la Asamblea de Notables,
aprobó que la Nación mexicana adoptaba por forma de Gobierno la Monarquía
moderada hereditaria, con un príncipe católico, que tomará el título de
Emperador de México, ofreciéndose la Corona Imperial de México al Príncipe
Fernando Maximiliano, Archiduque de Austria para sí y sus descendientes.
Luego el 20 de julio, el gobierno provisional,
comunicó oficialmente al gobierno peruano de las decisiones adoptadas,
solicitando la cooperación moral de los Gobiernos amigos de México, entre los
que se tiene la satisfacción de numerar al de S. E. el señor Ministro de
Relaciones Exteriores de la República del Perú.
Tras el
establecimiento de la Regencia del Imperio Mexicano, que gobernó hasta la llegada
de Maximiliano I a México, Nicolás Corpancho, ayudó a los partidarios de Benito
Juárez, que sufrían persecución; Corpancho alquiló cuatro viviendas en la
Ciudad de México y alrededores, y bajo la protección de la bandera peruana, los
albergó, y siguió como intermediario del gobierno de Juárez, que se encontraba
en san Luis de Potosí, participando en reuniones en la que se fomentaba la
resistencia contra los franceses.
Enterado
el gobierno de la Regencia de las actividades de Corpancho, el 20 de agosto
envió una nota al Canciller peruano Juan Antonio Ribeyro, comunicando que en aras
de mantener una buena relación con el gobierno peruano, había ordenado la
entrega de pasaportes a Nicolás Corpancho y a los miembro de su delegación,
para que abandonen en el plazo de tres días el territorio mexicano. El mismo
día, Corpancho recibía la comunicación, en la que le instaban abandonar la
ciudad de México, en compañía de don Juan C. Sánchez y don Ramón Manrique.
Corpancho se embarcó en Veracruz el día 9 de setiembre en el vapor español México con rumbo a La Habana, lamentablemente la nave a un día de llegar a su destino, fue consumida por un incendio el día 13, en la que fallecieron casi todos los tripulantes y pasajeros, entre ellos los peruanos Corpancho, Sánchez y Manrique.
Referencias
(1)
Discurso doctor don Ramón Mena, Fray Melchor de Talamantes – Revista
histórica del Perú – Tomo VIII – Lima, 1925
(2)
Las relaciones entre Perú y México – La Misión de Corpancho –
Archivo histórico diplomático Mexicano – Secretaría de Relaciones Exteriores –
México, 1923
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