TACNA Y EL LARGO CAMINO DE REGRESO AL SENO DE LA PATRIA
LA PARTICIPACIÓN DE LOS HEROICOS PUEBLOS DE TACNA Y ARICA Y DE LOS GENERALES JOHN J. PERSHING Y WILLIAM LASSITER
Un recuerdo en el 94° aniversario de la reincorporación de Tacna al Perú.
El tratado de Ancón, que dio término a la guerra del Pacifico se firmó el 20 de octubre de 1883, estableciéndose entre otros acuerdos la entrega a perpetuidad del departamento de Tarapacá y otorgando la posesión a Chile de las provincias de Tacna y Arica, por un plazo de 10 años, vencido el cual, un plebiscito debía decidir, con votación popular si los territorios en mención, quedaban definitivamente bajo la soberanía de Chile o si continuaban siendo parte del territorio peruano.
Pasados los diez años, entrando al año 1893, el gobierno peruano solicitó a Chile la realización del plebiscito y se iniciaron las conversaciones, sin embargo, las propuestas peruanas para llevarlo a cabo en 1894 fueron rechazadas por la parte chilena.
De esa forma, empezaba la sistemática negativa de Chile de realizar la consulta con la finalidad de mantener la administración de las provincias “cautivas”.
A partir de ese año y hasta 1919, se realizaron varias negociaciones con el fin de solucionar los impases y realizar el plebiscito, pero ninguna obtuvo resultados positivos. De manera paralela el gobierno chileno había iniciado un plan de “chilenización” que buscaba implantar las tradiciones culturales chilenas en reemplazo de las tradiciones y valores peruanos, en todos los ámbitos de la vida cotidiana, sin embargo no llegaron a dar su fruto, pues los peruanos mantuvieron el sentimiento patriótico de amor al Perú, a pesar que se vivió una época de terror, con persecuciones, torturas, asesinatos, deportaciones, clausura de colegios peruanos e incluso hasta la expulsión de sacerdotes peruanos de Tacna y Arica, que seguían manteniendo el amor por la patria ausente.
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A fines de 1919, Perú recurre a la intervención del presidente Wilson de los Estados Unidos, solicitando la nulidad del tratado de Ancón y que por tanto Tacna, Arica y Tarapacá debían de volver al Perú, sin llegarse a una solución.
Luego en el año de 1922 bajo el gobierno del presidente Warren G. Harding, invita a Perú y Chile a reanudar las conversaciones, y ambos países aceptaron el arbitraje de los Estados Unidos. No es sino hasta marzo de 1925, siendo presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge quién expide el fallo final. El historiador Ernesto Yepes (1) cuenta “…Estábamos completamente persuadidos de que el árbitro nos daría la razón. Sustentábamos entonces que era imposible hacer un plebiscito luego de que Chile arrasara durante décadas a la población peruana de Tacna y Arica montando un aparato de terror y represión que minaba la lealtad de los peruanos. Pero, contra todo lo que esperábamos, el árbitro falló a favor de Santiago disponiendo se realice el plebiscito. Fue la noche más oscura que nos tocó vivir hasta ese momento en el siglo XX.”
A partir de ese momento, comienza otra historia, cuando se nombra al General John J. Pershing como presidente de la comisión de arbitraje de Tacna y Arica, cuya función era fijar las condiciones para llevar a cabo el plebiscito libre y justo, estableciendo los mecanismos para tal fin y limar las desavenencias entre las partes.
Se contaba con la garantía que el General Pershing era una celebridad universal, héroe de la 1era guerra mundial, al haber comandado la Fuerza Expedicionaria Estadounidense en la gran guerra.
Sin embargo, a partir del mes de marzo de 1925 en que inició sus labores, recibió denuncias de intimidaciones, desapariciones y deportaciones hacia la población peruana, y de la obligación a los jóvenes peruanos a unirse en el servicio militar en el ejército de Chile contra su voluntad. Todas estas acciones pudieron ser constadas en el campo por el propio Pershing y los delegados estadounidenses, y a pesar de la presión del Secretario de Estado americano, que le solicitaba que no dilatase la realización del plebiscito, el General John Pershing decidió no avalar el mismo, tomando en cuenta las anormalidades que existían y renunció a la presidencia de la comisión de arbitraje y partió a Estados Unidos el 27 de enero de 1926.
En reemplazo del General Pershing, fue nombrado el General William Lassiter, Jefe del Ejército Estadounidense en el Canal de Panamá, con el encargo de continuar con el trabajo para conducir el plebiscito, sin embargo, el contexto no había variado y Chile mantenía su política de impedir su realización. Continuaba la violencia contra los peruanos, y ante tales hechos, miembros de los delegados estadounidense llegaron a declarar que sería un fraude realizar el plebiscito en esas circunstancias.
Con esa información, el General Lassiter, declaró el 15 de junio de 1926, que era imposible realizarse el plebiscito, debido a que Chile no garantizaba condiciones para una libre votación y de respeto de la voluntad popular de los peruanos en Tacna y Arica. 6 días después de ese pronunciamiento, el General William Lassiter partió rumbo a Estados Unidos.
Días después, ambos Generales, Pershing y Lassiter remitieron su informe al presidente Calvin Coolidge con la siguiente conclusión:
“Chile no cumplió con su obligación de crear y mantener condiciones adecuadas y necesarias para la celebración de un plebiscito libre y justo, tal como lo requería el tratado y el fallo y que el fracaso de Chile a ese respecto ha frustrado los esfuerzos de la comisión por realizar el plebiscito contemplado en el fallo, habiendo vuelto su tarea imposible de cumplir”. (2)
Habían ya pasado 43 años que Chile tenía la administración de las provincias de Tacna y Arica, y a pesar del tiempo transcurrido, no pudieron doblegar a los peruanos en renunciar su amor por la patria lejana, por esa razón, Chile evitó por todos los medios que se pueda realizar un plebiscito libre y justo, sabían que a pesar de todas las acciones innobles que habían empleado, a lo más obtendrían en Tacna y Arica una votación, no mayor a los 400 y 800 votos respectivamente.
Luego se iniciaron nuevas negociaciones extra plebiscito en la que se plantearon varias alternativas de solución, hasta que el 3 de junio de 1929 se firmó el tratado de Lima, en el que se acordó que el territorio de Tacna y Arica sería dividido en dos partes; Tacna regresaba al Perú y Arica, permanecería bajo administración de Chile.
Finalmente, el 28 de agosto de 1929, las autoridades peruanas recibieron la administración de Tacna, retirándose los funcionarios del gobierno de Chile, celebrándose el día de hoy, 93 años de tan memorable acontecimiento en que la heroica ciudad de Tacna regresó a la heredad nacional.
Sea esta nota, un agradecimiento a todos los tacneños y ariqueños que no claudicaron en su amor por el Perú y a los Generales Pershing y Lassiter que se opusieron en aceptar un plebiscito, que Chile buscaba se lleve a cabo para retener por siempre de manera “cautiva” a las provincias de Tacna y Arica.
Años antes, en 1924, el General John J. Pershing, asistió al centenario de la batalla de Ayacucho, siendo objeto de grandes homenajes y participando en diversas ceremonias, encabezando el desfile que se realizó en aquella oportunidad, así como en la inauguración del Panteón de los Próceres, tal como se aprecia en la imagen que acompañan la nota. (Fuente: Repositorio de la PUCP).
Los que estamos por encima de la base 5, aún recordamos que, en la ciudad de Lima, la avenida que se ubica entre Javier Prado y el hospital Militar, se llamaba Av. Pershing, en homenaje al héroe de la gran guerra y en agradecimiento por su participación en ese pasaje de nuestra historia, sin embargo, a mediados de los años 70, el nombre se cambió por el no menos importante de Faustino Sánchez Carrión, precursor de nuestra independencia.
A pesar que el cambio, data de varias décadas, la avenida aún es nombrada con el nombre de Pershing, tal vez los más jóvenes, la llaman así por costumbre, pero seguro desconocen el porqué de ese nombre.
Actualmente solo una pequeña calle del distrito de Miraflores y una urbanización en el distrito de Magdalena, recuerdan al General Pershing, mientras que el recuerdo del General William Lassiter, quedó en la memoria del olvido, y estoy casi seguro, que en la heroica ciudad Tacna, no existe ninguna calle con el nombre de los recordados generales, ojalá algún día se repare esa situación, para no seguir cumpliendo con aquella frase de Ortega y Gasset, en la que dijo: “El defecto más grave del hombre es la ingratitud”.
Juan Carlos Saldaña Salmón
Fuente:
(1) “El informe secreto Pershing – Lassiter”, Ernesto Yepes, página 23
(2) “El informe secreto Pershing – Lassiter”, Ernesto Yepes, página 185
Imágenes
Afiche reincorporación de Tacna y Arica/ Foto de Procesión de la bandera en Tacna -Internet
General John Pershing - Repositorio PUCP
General William Lassiter - Internet
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